Recuerdo con alegría el día que decidió dejarme recorrer este camino a sus pies, el orgullo que sentí en el momento que mis dedos teclearon por primera vez la palabra AMO, la felicidad cuando me llamo su perra, ese día nací de nuevo, aun no termino de entender como una palabra que puede sonar fea y sucia para muchos, me haga rebosar de alegría, de orgullo y henchir mi pecho al responder si AMO.
Sueño con el día que sienta sus manos colocando mi collar y mi piel se ericé a su tacto, que sean ellas quienes me azoten, me hagan estremecer y sonrojar mi piel, tiren de mi correa mientras voy a cuatro patas como la perra que soy, a su lado, que me alimenten mientras permanezco hincada a sus pies. Mientras ese día llega mi tiempo y mi cabeza seguirán llenos de el. Tengo mil preguntas, mil dudas, pero también la plena seguridad de que todas y cada una se responderán por si solas en el momento que pueda besar los pies de mi dueño.
Sueño con el día que sienta sus manos colocando mi collar y mi piel se ericé a su tacto, que sean ellas quienes me azoten, me hagan estremecer y sonrojar mi piel, tiren de mi correa mientras voy a cuatro patas como la perra que soy, a su lado, que me alimenten mientras permanezco hincada a sus pies. Mientras ese día llega mi tiempo y mi cabeza seguirán llenos de el. Tengo mil preguntas, mil dudas, pero también la plena seguridad de que todas y cada una se responderán por si solas en el momento que pueda besar los pies de mi dueño.
Lee mi blog y te cuento de mi primera sumisa. Estan bonitas tus relfexiones.
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